domingo, 1 de enero de 2012

Clavados en letras.

Cada una de las
letras clavan sentimientos
de un sinfín de soñares
que cada punta enlaza
sobre la madera añejada.
Es en este sitio donde
ella deja de ser madera
para transformarse en
tinta y papel sujetando
a cada instante ese clavo
y esa punta que traspasan
nuestros palpitares
agonizantes, amados,
matizando nuestras tempestades,
que a veces gritan, que a veces
callan, plasmando en golpes una
y otra vez nuestras palabras.

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