domingo, 1 de enero de 2012

Cerrojos.

Ahogadas noches clavan en mi
la pesadez de mis días que me
hacen sucumbir, frente al espanto,
de lo encerrado en lo cual me hallo
sin poder escapar.
No encuentro las llaves, para liberar
mi cuerpo, mi alma que siguen
encadenadas a un dañar.
Me desdoblo ya no sé quien soy,
que siento, y me pregunto: ¿Aún estoy?
Me busco, me recorro, no  me encuentro
persigo mi voz, parece haberse ido como
me estoy yendo yo.
Presiento el sonido, mis sentidos han
enmudecido, no los siento, y sigo aún,
allí distante, a lo lejos, me rodeo, no
me encuentro.
Logro escucharme apenas , añoro
los días en que me escuchaba.
Cerrojos de mi vida, ábrance, he cumplido
mi condena, me liberaré.


No hay comentarios:

Publicar un comentario