Así se siente,
a ese amigo
que llevamos
dentro, el que
determina lo
eternal con
eufanía como
algo empíreo
llameante en
nuestro destino,
como vate
mensófono
de lo nuestro,
que se lleva al
estulto
que nos mueve,
el tiempo.
Enemigo
estoico que
permanece,
ahí sin detenerlo,
mutando a cada paso,
haciéndonos, creyentes
de una realidad en cambio,
resistente.
que llevamos
dentro, el que
determina lo
eternal con
eufanía como
algo empíreo
llameante en
nuestro destino,
como vate
mensófono
de lo nuestro,
que se lleva al
estulto
que nos mueve,
el tiempo.
Enemigo
estoico que
permanece,
ahí sin detenerlo,
mutando a cada paso,
haciéndonos, creyentes
de una realidad en cambio,
resistente.