En la inmensidad
de lo inhóspito,
se descarga lo
inconmensurable
de lo incierto
y las imágenes
cobran vida
en el increíble
e impensado
avatar de lo
pequeño,
trasmutando
en soledades
absolutas al confín
del Universo,
lo intangible,
El amor, como
centro único
de lo inmenso.