domingo, 11 de noviembre de 2012

Río intenso.





¡Y desapareciste!
¿Me decís? Nooo
Me hice agua,
pues aquella tarde
sin luna, que no
abrazaba,
permanecería en mi,
dejándome trémula,
sin habla.
Que si el tiempo,
volviera, no tendría
miedo a nada, porque
tal vez ese día perdí
las ansias, de sentir
que aún vivo, y que
en mi no hay calma,
pues las lágrimas
derramadas se
convirtieron en estatua,
dejando como hielo
inmenso, el adentro
que aguarda, el calor
intenso, para convertirse
en río, para convertirse
en agua.
Entonces, florecerán
nostalgias de una tarde
sin luna que busca el
sol en las mañanas.
¿Qué si desaparecí?
No, tan solo la nada.


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