hábilmente que dibujan
miradas, .que tienden
marañas de orquestas
conjugadas, en mirares
enlazantes soñadoras
en el agua.
Irradiarán lágrimas doradas
por el vil canto subyugante,
del suplicio que invita a creer
en precipicios de mil hojas
derramadas.
Ahondaré en los labios
ya partidos que intentan
salirse de la boca, pues
quieren contar en cuentagotas
las profecías venideras,
que embargan de sonidos
embriagantes cada una de las
lunas llenas.
Culparé a las manos
agazapadas, una sobre la otra,
que no se abren para dar ni una
cuota de caricias pedidas a raudales,
parecen pegadas a los hombres
diciendo una y otra vez: que
me importa.
Si los pies se dirigen
a alguna parte de seguro
andarán buscando anclaje
esta claro que andan ya sin
rumbo intentando desaparecer
zurcos.
Dejaran las miradas, los pies
y las manos envolventes
todas ellas en inimaginables
situaciones encontradas, tal vez
quieran brindarse una a una al
lamento de un alma
desesperada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario