Escuchando el silencio
en un grito ensordecedor
gritando una y otra vez, no.
El viento lo mueve como al
destino empecinado a ser
movido en susurros silentes
que tuercen y duermen.
En tus labios ansiosos
de sentir un nombre la
Tierra madre que nos
envuelve moviendo
nuestros pensamientos
invitándola a mirarla,
acompañando su esencia.
¿Quién mirará su mirada
penetrante?¿Quién sobrevolará
su magia?, en el color de la piel
quedará impregnada la presencia
impaciente de haberla cuidado.
Entonces el cielo los mirará con
calma de haber logrado el objetivo
de unir al hombre con el alma,
de unir la vida con la muerte,
la tierra con el agua.
El silencio se unirá a la palabra
y jugarán enamorados la Luna y el
Sol entre las montañas, las llanuras serán
las sábanas donde descasará su alma,
y el canto del jilguero será su voz
eternamente cantada.
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