sábado, 7 de enero de 2012

Diversos latidos.

Laten las señales de los ojos,
las manos candentes,
el paso apurado, el sonido
inquietante, de un cuerpo silente.

Laten las curvas de tu voz
que se dejan caer, como acústica
inconclusa del ser menguando el dolor.

Laten las arrollantes  entradas en
tus cabellos que señalan años de
esfuerzos latentes y mitigantes.

Laten soslayadamente pensamientos
de amores capturados pero no
amarrados, a la soledad impaciente.

Laten los coccidios que no sirven
y las células del cuerpo intentan
frustradamente, hábilmente  sacarlos.

Late en la cobardía existente en las
venas arraigadas que se niegan a
cambiar una y otra vez la mirada.

Laten las palabras al despeñar
seres inertes que dañan y muerden
tratando de mimetizarse siempre.

Laten los gritos despepitando
en letras los sentires parnasianos
acumulados en letras que comienzan.

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