lunes, 13 de octubre de 2014

Letras superpuestas.




La sustancia que consigue
seguir encadenada...
Las letras se superponen
al hallazgo inconmensurable
del tiempo, ejerciendo
cual retorno, al ambivalente
sentido de pertenencia.
Instantes se desprenden
en desvarío, inquietantes,
intentan salir como sonidos,
no pueden, se vuelven en sí mismos.
caen los sonidos a la templanza misma
del ser menguado al hastío, sabe a poco,
Se incrementan los suspirares
insurgentes, decaen los dichos,
se transforma el entorno enrarecido,
se levanta a los ojos, la presencia,
se mira al espejo sin imagen, cree soñar,
intenta deshacerse del reflejo, lo logró,
no hay figura, conocida, es otra a quien ve,
desconoce el despuntar de lo vivido,
se despoja de lo viejo, inaugura un nuevo rostro,
no lo entiende, pero acepta.
Las letras en su historia han cambiado,
como ha cambiado la esencia que la trasmuta,
a la lejana confluencia, de saberse viva, no lo espera.
La conformación orgánica se ha regenerado y con ella
revierte el sentir en letras.








Simplezas...




Mis ojos te extrañan
Buscando cual ave
Busca la calma.

Parpadeando pestañas
Buscando aromas
Que envuelvan
Mi alma.

Mirando en colores
Los cuerpos
Que hablan.

Pronunciando un ahora
Tal vez
Un mañana.

Mis ojos te extrañan
Y extrañan tus sentidos
Que aquietan mi aura.

Entonando en sigilos
Las voces que aguardan
Pues estamos de siempre
Tan sólo falta unir el camino
En una misma mirada.