martes, 17 de julio de 2012

Embriagares.


Señalaré esos ojos
hábilmente que dibujan
miradas, .que tienden
marañas de orquestas
conjugadas, en mirares
enlazantes soñadoras
en el agua.
Irradiarán lágrimas doradas
por el vil canto subyugante,
del suplicio que invita  a creer
en precipicios de mil hojas
derramadas.
Ahondaré en los labios
ya partidos que intentan
salirse de la boca, pues
quieren contar en cuentagotas
las profecías venideras,
que embargan de sonidos
embriagantes cada una de las
lunas llenas.
Culparé a las manos
agazapadas, una sobre la otra,
que no se abren para dar ni una
cuota de caricias pedidas a raudales,
parecen pegadas a los hombres
diciendo una y otra vez: que
me importa.
Si los pies se dirigen
a alguna parte de seguro
andarán buscando anclaje 
esta claro que andan ya sin 
rumbo intentando desaparecer 
zurcos.
Dejaran las miradas, los pies 
y las manos envolventes
todas ellas en inimaginables
situaciones encontradas, tal vez 
quieran brindarse una a una al
lamento de un alma
desesperada.