martes, 5 de junio de 2012

Cuentagota.


Y te vi como ave desnuda,
que despierta la noche que
enciende el firmamento
parpadeante, con mirada
nostalgiosa de acumulados
desiertos, sondeando en
estrepitoso volver, acaeciendo,
en mirares que guardan
insondables pensamientos,
estremecidos, acariciantes,
cual senderos que conducen
a finales prehechos,
en cuentagotas de aliento
palpitando el momento del
estremecer mismo de lo
inquieto que lleva a naufragar
en tu pecho, respirando intenso,
mordiendo los labios, aguantando
el silencio, embrujando a las horas
que aligeren su tiempo, porque en
él se guarda, lo merecido, lo esperado,
lo increíble, lo que no parece cierto,
en similitud a un cuento de finales
felices que hoy, parece impensado,
multitudinario ejemplo que puede
pasar, sin ser pasado, logrando
un presente, diciendo: ahora...
y no ausente...