domingo, 19 de febrero de 2012

Amor o sumisión.

EL amor salva


de tantas cosas,


que si en él la


vida es nada,
si tan solo
pensáramos
en algo y no
estuviera
relacionado al
amor estaríamos
imaginando
algo superfluo
sin vida, sin nada.
La nada es
sinónimo


del desamor,
del vacío,


del egoísmo
en masa.
Él nos traspasa
con cada suspiro, 


con cada respiro,
con cada palpitar
de nuestros días

Trepar las nubes.

En las alturas
del yo mismo,
es él que me
dice puedo,
queriendo
escucharlo
hasta en mis
sueños,
acobijándonos
en lo intrépido
de los sueños
que se transforman
en hechos, cambiando
realidades en cada
encuentro.
Encontrándonos
frente a la vida
subiendo a pasos
moderados, pero
ciertos, sumando
a cada instante
lo añorado, lo amado,
lo percibido, lo mirado,
lo escuchado, lo dado.
Saltándonos
a unos a otros,
buscando el retorno
de lo expresado, en eso,
que llamamos vida,
llamándonos e
invitándonos a creer
que aún todo puede ser.