sábado, 10 de diciembre de 2011

Ocultares.

Como el rincón
a lo escondido,
como el sol a
mis entrañas,
como el mar
a quien respiro,
como el alma
al cuerpo,
como el cielo
a los designios.
Como ocultares
de seres queriendo
ser niños.
Como soñadas
formas que se
quedan contigo.
Como lúgubres
sombras de
magia sin destino.
Como gnomos
a lo invisible,
como el unicornio
al mito.
Mirando como ogro
no conseguirás decirlo.



Lunerías.

Bajo la Luna
incandescente,
de manchas fugaces
de marcas ardientes,
recorro las curvas
del pensar intransigente.

Meditando en delirios,
atesorando miradas
guardando señales
totalmente azucaradas.

S i de algodón pareces
allí parada todos te
observamos, todos
alguna vez te amamos.

Bajo tu sombra
escondes historias
variadas en situaciones
nocturnas, en secretos
alados, que vuelan
sin retorno para no
ser escuchados.

Lloran las voces
lloran las lágrimas
que en caudales
de sensaciones
te ves reflejada.

Reflejas ideas
y también añoranzas
de sentires profundos
que ya no te alcanzan.



Dame.

Dame.

Dame tu infierno
para transformarlo

Dame tus ojos
para cultivarlos.
Dame tus caricias
para acariciarte.
Dame tus sonidos
para hacerlos teclas.
Dame tus olores
para perfumarte.
Dame tus sentidos
para que tú sientas.
Dame y te daré
un sinfín de sensaciones
que jamás olvidaré.
Daremos vida
a lo que no lo tiene.
Daremos luces
a las sombras.
Daremos seres
a los olvidos,
daremos calma
a lo prohibido.