sábado, 10 de septiembre de 2011

Guardapolvos.


De guardapolvo blanco
caminas todos los días,
se ha prendido a ti
desde aquel día
que te dijeron
por primera vez :-señorita.

Las caritas de los niños
las llevamos en la retina
nos empeñamos en que
aprendan todos los días
a crear e inventar sus
futuros, buscando estrategias
derribando los muros.

Nos señalan y nos miran
¿esa es tu maestra?
pero algunos ya no
recuerdan su infancia,
donde por primera vez
los colmó de alegrías
y ansias el conocer ese mundo
de los números y las palabras.

Creemos en ellos
creemos en sus futuros.
Aquí estamos día a día
ayudándolos a entrar en este mundo
que comienza en la escuela
con una maestra diciéndoles:-
BUENOS DÍAS ALUMNOS.

Andares.

Moribundos días
moribundos sueños
¿que ha pasado?
ya no te siento.

Yo sí te vi a ti
tú solo miraste
escuchaste pero
no oíste, acariciaste,
pero no percibiste.

Muchas preguntas
aún sin respuestas
curará el tiempo
lo que cuesta
encontrar dos
almas casi desiertas.

Caminabas tú
caminaba yo
en esos andares
cual senderos sin rumbos
aún despiertos y se durmió.

Caminaba yo
caminabas tú
por sendos caminos
que el amor no unió.

Me mirabas tú
te veía yo
a través de una
pestaña que se cayó.

Me escuchabas tú
te oía yo en acordes
dispares que la música
y su sintonía no dejó
que se fundieran
en uno y fueras yo.





Tempestades.

Ellas acarician mi entorno
tempestades de amor y odio
quiero sostenerlas y no lo logro
se acumulan una a una a mi contorno.

Penetran en mi sin retorno
pues de ellas depende
un sutil y cruel retoño
que crece y se desvanece.

Basto e intenso se hace
sin poder ocultar
el vástago andar en ese otoño.

Quiero mirar hacia otro lado
pero todo me lleva a recordarlo
quiero sentir en mi la calma
pero en mi ya no puedo hallarla.

Transcurrirán cambios que
sin lograr esos soñares
que detuvieron un sin fin
de pasares, entendiendo
el sonido de esas tempestades.

El humo.

Recortado en un haz de luz
y el humo
el camino ,deshecho en silencios
trae su salina liquidez
despojando letras
en ramos brillantes
que matan como balas.
Aún ahí,en la flaca presencia
veo la génesis de la salida
en un áureo abrazo
suave creyente,
el largo hilo del horizonte.

           Ricardo Nieto.

Herencia casi maldita.

Lloran mis lágrimas en un paroxismo
de parnaso que no dejan de hablar
que se insertan en mi mente
 sin dejarme pensar.


Quiero callarlos y no puedo
cortarlos en mil trozos
no sirve, porque aún en 
pedazos se aglutinan
trasladando sus padeceres
que necesitan esculpir
en millonésimas palabras
que repican en mi.


Soltarlos a los vientos
servirá solo ,tal vez,
para que vuelvan ordenadas
en partículas de voces
que en silencio aparecen
enlazadas a mi vida
sin poseer.


Posesión casi maldita
herencia a raudales
callarán mis ancestros
ya no puedo silenciarlos
¿Cómo hacer?




Será él quien me lo
diga se lo preguntaré
caudales de respuestas
seguramente hallaré.







Brevedad.

El sucinto sopor
se resume en mi
titubear, casi inquieto
que no puede ya parar.
Callar a mis sentires
no lo lograré jamás.
si de algo estoy segura
que se eternizarán
cada uno de los quienes
enrollaron mi caminar
esos seres que marcaron
a doble lazo un enlazar
de mis cambiantes
 aconteceres que se suceden
sin elucubrar un plasmar
de mis senderos
que sólo se hace al andar.

Naufragares.

Naufraga mi pecho
en gran tristeza
que se acopia
sobre mi
y ejerce fuerza
hasta el hundimiento
golpean las velas 
entre si
hasta que caen
repican en el fondo
sin piedad
y vuelven a latir
tratando en un 
continuar eterno 
siguen así.